jueves, 30 de enero de 2014

" Del onomástico "





Pasan los años sobre nuestras  espaldas
tal cual las olas lo hacen  en las costas.
Y los días de infantes
se nos van vertiginosos, en instantes.



Porque los tiempos son así:
Se van con la promesa de no volver.
No volver porque el porvenir lo arrojó,
el viento y la era se lo llevó.



Perdemos años de vida
pero  estamos ganando pericia
porque en la vida, para ganar algo
es preciso el sacrificio.



La existencia tiene muchos vaivenes
por ser la esencia de la misma.
Empero estamos en este mundo
para cumplir un cometido.



Somos como las flores:
Damos vida a nuestro entorno.
Pero llega  el momento
de marchitarse, de abandonar…
De dejar…de partir…



Esas remembranzas de la infancia,
aquéllas que nos ponen nostálgicos,
son el tesoro más preciado que poseemos.
Porque el recuerdo es el paso del tiempo
traído a la memoria para revivir viejas epopeyas.

Mario Polanco Santos
19 de enero de 2014