domingo, 30 de noviembre de 2014

"El Espíritu Santo (A ancianos) "

El Espíritu Santo es la tercera persona de la santísima trinidad que surge del amor al Hijo de parte del Padre.

La misión del Hijo y la del Espíritu son inseparables porque en la santísima trinidad indivisible, el Hijo y el Espíritu son distintos, pero inseparables.

Cuando Dios envía a su Hijo, envía también su Espíritu, que nos une a Cristo en la Fe, a fin de podamos, como hijos adoptivos, llamar a Dios "Padre".

El Espíritu es invisible, pero lo conocemos por medio de su acción, cuando nos revela el verbo y cuando obra en la Iglesia.

Los profetas fueron inspirados por el Espíritu Santo para hablar en nombre de Dios.

El Espíritu Santo llena de gracia y hace fecunda la virginidad de María, para dar a luz al Hijo de Dios encarnado.

Por medio de los Sacramentos, Cristo comunica su Espíritu a los miembros de su cuerpo y, la gracia de Dios, que da frutos de vida nueva.

El Espíritu Santo se representa con numerosos símbolos como por ejemplo: El agua viva, que brota del corazón traspasado de Cristo y sacia la sed de los bautizados; también se representa con fuego, porque el fuego cuando toca algo lo transforma, y la paloma, que baja sobre Cristo en su bautismo y permanece en Él. 

Mario Polanco Santos
Seminario Menor de la Inmaculada Concepción de María.
Chetumal, Quintana Roo.
2009


sábado, 15 de noviembre de 2014

“La sociedad se auto-destruye y el Estado: un observador más”



“El primer deber de todo Estado, decía Thomas Hobbes en su libro Leviatán de 1651, es: proteger la vida de sus ciudadanos”

Nos ha tocado vivir un México, que, en pleno siglo XXI va tomando, categóricamente, una tendencia retrógrada. 

Esto por cuanto hace a, uno de los más viles (despreciable) acontecimientos sociales: El homicidio. Del que millones de personas están siendo víctimas. ¿Y todo por qué, queridos, amigos? Una de las muchas respuestas a esta interrogante es: Por la falta de eficacia, en muchas ocasiones, de las políticas sociales para la prevención del delito. En efecto, estimo, que el mencionado problema socio-político, es gravísimo y puede afectar el desarrollo socioeconómico, sobremanera, del país.

Compañeros, la competencia de la que somos parte, en nuestro entorno social, es el principio de toda guerra y en consecuencia, de acciones ruines (despreciable) que provocan que la gente mate a sus semejantes.

Por lo que toda a las políticas de prevención del delito, podemos afirmar, sin que quepa objeción en contra, que, el gobierno es ineficiente, y muchas veces, hasta falto de visión o de perspectiva.

Otra circunstancia, que, puede nombrarse como causa del homicidio es, por mucho, la lucha de clases entre ricos y pobres, entre gobernantes y gobernados; las consecuencias que engendra esta situación, son en demasía, factores determinantes en el homicidio. Yo pienso, en gran medida, que, una sociedad educada tiene como signos distintivos: la educación, la no distinción de clases, la paz, la armonía y la justicia como pilares sociales.

El Estado debe ocuparse por atender, apremiantemente, las peticiones y solicitudes de justicia, en el mismo grado, por igual, de todos y cada uno de sus ciudadanos; el Estado debe cerrar, en este sentido, paso a la impunidad y corrupción en el sistema de justicia. 

En un sociedad donde el gobierno se preocupe y ocupe primero, por proteger la vida de todos sus ciudadanos, con medidas y acciones Institucionales, robustas, para la prevención del delito, esa será una sociedad que se preservará y mantendrá en paz, armonía social, y cumplirá con el primer cometido de todo gobierno: el mantenimiento del orden social. 

Para tener, a groso modo, una idea de lo que actualmente representa el homicidio y como se ha ido elevando en cifras, mencionaré dos datos, muy alarmantes:

Comparando, objetivamente, los primeros 19 meses del gobierno de Felipe Calderón, con  los mismos meses de gobierno de Enrique Peña Nieto, las estadísticas, en homicidios, de este último mandatario, se han disparado en un 34% más que el en el gobierno de Calderón. Siendo que las estadísticas y los números, son los únicos que hablan de la efectividad o precariedad de un gobierno, surge la interrogante: ¿El Gobierno actual está siendo superado, tristemente fundado, en la lucha contra el crimen? veamos más contundentes números: 

En México la tasa de homicidios es, por cada 100 000 habitantes, de 22.9% en promedio. Siendo Guerrero el Estado más peligroso del país, con una tasa de 64 homicidios, por cada 100 000 personas. En efecto, estas no son cifras de las que tengamos que sentirnos orgullosos, ni mucho menos conformes con nuestros actuales gobiernos. 

Son datos, desalentadores, para nosotros como ciudadanos. Pero lo más reprobable y reprochable es seguir viendo y escuchando los discursos triunfalistas de nuestros gobernantes, en este rubro, como si no pasara nada al respecto.

Ahora bien, yo quisiera dejar unas interrogantes para la reflexión:

¿Estamos haciendo lo correcto, nosotros los ciudadanos, al seguir tolerando las infamias del gobierno en materia de seguridad?

¿Hace falta gente más capaz, y con gran espíritu de servicio, en las Instituciones de seguridad del Estado?

¿Qué nos toca hacer a nosotros, como sociedad, en aras evitar la proliferación de esta masacre?

¿Debe el gobierno impulsar medidas de prevención del delito como: talleres gratuitos de lectura, deporte, danza, arte etc., con mayor prioridad e instrumentación entre sus gobernados?

¿Qué le falta al gobierno, actual, por hacer en materia de seguridad y prevención para que esas terroríficas cifras no sigan yendo en aumento?

En el orden de prioridades del Estado: ¿Qué lugar ocupan, actualmente, el respeto y protección a los Derechos Humanos? 

Para finalizar yo quisiera agregar, que, una sociedad donde estén completamente cimentadas la educación,  la paz, el respeto, la armonía,  el orden social: esa será una sociedad fructífera y modelo para otras naciones. 


Mario Polanco Santos.
6 de octubre de 2014