Este hombre iba por la calle besando todo... iba por la calle y besaba las aceras,
las farolas, los semáforos, los coches...
besaba a los transeúntes que pasaban a su lado...
besaba a los policías, besaba las paredes de las casas...
su puerta, las escaleras que conducían hasta su piso...
besaba todo...
Y las autoridades le consideraron peligroso
porque no podía ser, un hombre que fuera besando, a todo el mundo por lacalle...
Le consideraron un extraño y peligroso, y decidieron encarcelarlo.
Y lo metieron a la cárcel y aquel hombre extraño, besaba las paredes de barro...
besaba a los barrotes, besara a su carcelero, besaba la ración de
comida que le daban todos los días...besaba a la gente que dormía,
besaba el suelo y el techo...
Y
justo aquel día, las autoridades, que, se dieron cuenta que no
recapacitaba, que no cambiaba su conducta...decidieron ponerle fin, y
ejecutarlo, porque, aquel hombre por ser extraño, era peligroso.
Bueno pues así fue, besó a los ejecutores, y besó las balas, que le mataron.
Le enterraron en una loma, en lo alto...
y desde aquel día, desde el cielo, los pájaros...
descubrieron que al mundo, le habían nacido labios...
Anónimo
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