Hasta el más alto favor de los dioses,
y con píe audaz penetra en el mundo
del saber, del canto y del arte.
Todo quiero comprenderlo, siempre en vigilia,
en movimiento siempre,
jamás callar, nunca estar ocioso,
ni dormido en acciones y voluntades.
Ni dedicarme a vagas cavilaciones,
cargando con el yugo despreciable.
Nos quedan todavía por adelante,
las ansias, las fatigas y la acción.
Karl Marx
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